La espera, los resultados y la suerte...

Una vez bajé del avión en Vigo empezaron los nervios pensando en el desenlace de la transferencia de embriones. La transferencia de embriones se efectuó el día 14 de mayo, me volví el 16, y ahí empezaron los problemas intestinales que no tuve en Mumbai, derivados de los nervios y la tensa espera que supone esperar por las noticias del resultado de la transferencia embrionaria. Según me habían comentado en la clínica la probabilidad de embarazo se sitúa en un 50-60%, con lo cual me pase diez días viendo dar vueltas a una moneda tirada al aire...

El día 25 era el fijado para hacer el primer test de la hormona beta-hcg, la hormona del embarazo. Ese día no tuve noticias. Al día siguiente recibí un correo electrónico de la clínica en el cual me indicaban que el embarazo se había producido. En archivo adjunto, el resultado del test de embarazo.

Uno de los momentos más delicados del proceso se había completado con éxito. Aunque el hecho de que se produzca el embarazo no implica que dicho embarazo llegue a término, sí es cierto que es un paso importante hacia el objetivo... Así pues, hasta ese momento tuve suerte. En el momento de escribir esto, la sigo teniendo.

Hasta este momento he recibido otros dos test de embarazo, el día 30 de mayo y el día 2 de junio, realizados el día anterior al envío. Los índices de hormona beta-hcg indican que el embarazo se va desarrollando con normalidad. La clínica me informó de que la subrogante está tomando ácido fólico y progesterona, no sé si algún medicamento más, que se encuentra bien y que está en reposo en estos primeros días de embarazo. Espero que la cosa siga así, en cuatro días harán un nuevo análisis hormonal, del cual me informarán y en dos semanas, más o menos, espero tener la primera ecografía que será la prueba definitiva...

En este punto, quiero enviarle un saludo y muchos ánimos y toda la suerte que yo he tenido, a mis compañeros de viaje y de proyecto. La moneda no cayó del lado adecuado en su caso, pero sé que son personas fuertes, que su deseo de ser padres, y el hecho de que serán unos grandes padres no tiene otro fin que el éxito. En el próximo ciclo saldrá cara. Seguro.