En fechas anteriores, visitando foros en Internet y recabando información sobre la clínica o personas que se encontraran en mi misma situación, conseguí ponerme en contacto con un chico de Barcelona que también tenía cita en la clínica para las mismas fechas que yo. Decidimos coger el mismo hotel, volamos el mismo día y nos conocimos en Mumbai el día que llegamos.
Llegamos a Mumbai pasada la medianoche del día en que teníamos la cita en la clínica, sin mayor novedad. El hotel estaba a unos quince o veinte minutos de la clínica en ricksaw (un motocarro que hace las funciones de taxi y que para los desplazamientos cortos es más económico y divertido para viajar).
En nuestro primer día en la clínica nos hicieron un análisis de sangre para descartar enfermedades infecto-contagiosas e hicimos una donación de una muestra de esperma para congelar. Tuvimos la oportunidad de conversar con el personal médico de la clínica y preguntar las dudas que teníamos sobre determinados aspectos del proceso. Para la muestra de esperma con el que se llevaría a cabo la fecundación de los óvulos de la donante, me pidieron que llamara por la tarde para confirmarme la fecha exacta (era sábado y la donación sería el lunes o el martes), me imagino que esto va en función del momento que consideren oportuno para proceder a la extracción de los óvulos de la donante que van a ser fecundados y que hasta dos o tres días antes no conocen el momento idóneo para dicha extracción. Esto lo deduzco porque en el caso de mi amigo también tuvimos que llamar antes para confirmar el día. Llamé por la tarde y me citaron para dos días después, el lunes. A mi compañero de viaje y de proyecto, lo citaron para cuatro días después, para la donación de esperma para fecundar.
El tiempo de espera se pasa bastante rápido si aprovechas el viaje también para conocer Mumbai. Eso fue lo que hicimos. Tengo que decir que, contra lo que mucha gente pueda pensar, no tuvimos la sensación de que sea una ciudad insegura, los mayores inconvenientes son el calor, el tráfico y la comida (si no te gusta el picante). Por lo demás, es una ciudad bulliciosa, a ratos totalmente caótica, de fuertes contrastes, donde la gente es muy agradable y donde se vive mucho en la calle. Merece mucho la pena intentar conocerla en el mucho tiempo que queda libre fuera del objetivo del viaje.
El día de la donación espermática para la fecundación de óvulos fui citado a las nueve de la mañana. Hice la donación, se fecundaron los óvulos y quedamos a la espera de ver el resultado del proceso. Dos días después supe que de nueve óvulos que habían extraído para mi, ocho habían sido fecundados y cinco de ellos eran de máxima calidad y tres de tipo b. El grado de calidad de los embriones se establece con letras que van desde la a (máxima) a d (mínima), de todos modos, según me explicó la doctora encargada del laboratorio lo decisivo en el éxito o fracaso del ciclo es que dichos embriones se fijen en el útero de la gestante y se desarrollen. El porcentaje de éxito es del 50-60% para casos semejantes al mío, por tanto aunque todo pueda ir según lo previsto, esto no es una ciencia exacta.
La siguiente cita en la clínica sería tres días después. Ese día se procedería a la implantación en la subrogante de los cinco embriones tipo a conseguidos y también haría otra donación de esperma para congelar por si este ciclo no tenía éxito. Tuve también la oportunidad ese mismo día de conocer a la madre subrogante. Apenas intercambiamos unas palabras de agradecimiento, con la directora del laboratorio como intérprete. Fue una sensación para mí bastante extraña y en cierto modo contradictoria, a uno en esas circunstancias se le pasan muchas cosas por la cabeza… En este día los embriones fueron implantados y ahí empezaba una espera infinita de diez días para saber si el ciclo tendría o no éxito. En el momento de escribir esto, todavía sigue la moneda dando vueltas en el aire. El que la prueba de embarazo arroje un resultado positivo no garantiza el éxito, hasta un mes después no se hace la primera ecografía. Y si ya ahí todo va bien, el resto del proceso es como un embarazo normal, con los mismos riesgos.
El resto de los días me los pasé acompañando a mi colega a la clínica para su proceso, tal y como él hizo conmigo, y en nuestro tiempo libre conocimos bastante de Mumbai.
En total siete días reales, nueve si sumamos la ida y la vuelta. Y al llegar, la eterna espera.